BIPLANO NÁJERA 1

Alberto Nájera Mercado

BIPLANO NÁJERA 1.

Por: Cap. 1° F.A.P.A. L.A. Oscar Fernando Ramírez Alvarado.
Director de Investigación y Cultura de la Sociedad Mexicana de Estudios Aeronáuticos Latinoamericanos. SMEAL.
Miembro de la Asociación de la Escuela Militar de Aviación.
Miembro de la Asociación de Veteranos de la Segunda Guerra Mundial.

Para 1921, las construcciones aeronáuticas mundiales, ya presentaban multitud de diseños, muchos de los cuales habían sido muy radicales en cuanto a formas y prestaciones.

En México, los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas, igualmente ya tenían camino avanzado y la experiencia de las diferentes Series de modelos ya desarrollados y en proceso.

Hubo sin embargo, otro tipo de construcciones que en los años pioneros, fueron la base del desarrollo posterior; los aviones construidos de forma particular.

Aquí nos enfocaremos en uno en especial, aún cuando no pionero, entraría en una categoría muy diferente, la de los construídos de manera particular con ayuda de los TNCA, el Biplano Nájera Número 1.

 
 

 
Dentro de esta sub-categoría podremos mencionar dos biplanos Brown Special utilizados en la aviación militar que luego de sufrir un severo contratiempo en 1921 donde resultaron quemados de forma accidental dentro de su hangar; sus restos fueron solicitados en donación por los pilotos Alfonso Virgen para armar su CANARIO en 1922 y posteriormente en 1923 Samuel Rojas solicita el otro y arma al NENNETE. Estos biplanos fueron utilizados operacionalmente dentro de la aviación militar y posteriormente sus dueños les dieron un amplio uso civil.

 


 


 
http://www.mexicanaviationhistory.com/articulos/articulo.php?id=32

 
Alberto Nájera Mercado, ingresó como alumno a la Escuela Militar de Aviación el 8 de mayo de 1918 y se graduó como Teniente Piloto Aviador el 24 de Diciembre de 1920.

Sus pácticas de vuelo las realizó en los “Biriol” (Monoplano tipo Blériot de construcción nacional)  al que los pilotos llamaban “guajolota”, mismo nombre dado al entrenador de carreras por tierra construído a fines de 1915, el que luego de mucho uso se encontraba ya abandonado en un ricón. Luego pasó a los Serie A, en donde se graduó.

 


 
Al igual que muchos otros, su vida fue muy activa e intensa, en 1916 se incorporó como soldado dentro de las tropas constitucionalistas que combatieron a Villa y era Teniente de caballería cuando ingresó a la Escuela Militar de Aviación. Durante mayo de 1920, acompañó en la escolta al entonces presidente de la República, Don Venustano Carranza en la segunda desocupación de la Capital. Siendo ya piloto graduado, tripuló entre otros los grandes bombarderos bimotores Farman F-50. Participó en la campaña delahuertista y ascendió a capitán por méritos en campaña, se separó una temporada de la FAM y posteriormente reingresó en 1932, participó también en las campañas contra los yaquis y contra los cristeros. Fue comandante del 4° y 6° Escuadrones Aéreos, el 10 de octubre de 1943 fue enviado a la Base Kelly Fields para, junto con otros pilotos, traer a México 10 A-24 y 9 AT-6 y en la Escuela Militar de Aviación fue Jefe de Estudios, instructor de vuelo, Comandante del Escuadrón Primario y Jefe de vuelos. Posteriormente Comandante del Escuadrón Aéreo 209 y del 1/er Grupo de Escuadrones Aéreos y se retira como Ayudante General de la Jefatura de la FAM. Con el grado de General Brigadier para efectos de retiro. El 1° de septiembre de 1951 recibió la Condecoración al Mérito Docente, Mérito Técnico Militar de 2/a, Perseverancia de 5/a, 4/a y 3/a clases, Medalla de la Lealtad Venustiano Carranza y de Lealtad de 1920. Murió en la Ciudad de México en 1994.

 


 
Ahora, hablando del avión que construyó, en la revista TOHTLI de Enero de 1921, encontramos la única nota que hemos podido localizar y una foto del entonces Teniente Nájera a bordo de su aparato. La nota completa dice:


UN PILOTO CONSTRUCTOR DE AVIONES.

“La ilustración que acompaña estas líneas corresponde a la estructura de un avión nacional proyectado y construído personalmente por el piloto de la Escuela Militar de Aviación, señor Alberto Nájera.

Es el señor Nájera un piloto serio y humilde que después de obtener su brevet, prosigue tenazmente empeñándose por su mejoramiento y buena prueba ha dado de su energía al iniciar ahora la construcción del avión de referencia. Venciendo toda clase de dificultades, exponiéndose a las críticas casi siempre gratuitas de todos los que no tienen el cariño que él siente por la aviación, ha proyectado un modelo especial de aeroplano, que espera que rinda muy buenos resultados; y después, en el momento de llevar al terreno de la práctica el mencionado proyecto, se ha convertido en un hábil obrero haciendo toda clase de trabajos y destrozándose las manos, pero sin perder por esto el entusismo. Cuando nosotros lo visitamos, lo encontramos sudoroso, con cuatro dedos vendados a causa de machucones y cortadas que se ha causado  con las herramientas que ahora maneja y las que antes tal vez ni de nombre conociera; pero aún asi, en su rostro se retrataba la satisfacción del que triunfa pues tiene plena confianza de que el aeroplano de su invención, volará y bien.

Felicitamos al señor Nájera y confiamos que sus esfuerzos no sean defraudados, cuando el aparato sea lanzado a las alturas; pero si esto sucediere, esperamos también que sepa imponer su voluntad y sin decepcionarse, continúe trabajando hasta conseguir lo que desea,  que nosotros desde las páginas de TOHTLI, estaremos para ayudarle aunque solo sea con nuestros buenos deseos”.

 



De lo que se sabe acerca de este aparato, es el resultado de lo que él platicó en varias entrevistas con el que esto escribe, dos de las cuales se tienen grabadas. He aquí el resultado a este respecto:

Siendo su ilusión tener su avión propio, luego de graduarse estuvo ahorrando dinero y cuando lo consideró suficiente, obtuvo el permiso oficial para ir a San Antonio, Texas para comprar los herrajes e implementos necesarios para iniciar su obra, igualmente adquirió otra cámara fotográfica con la que siguió colaborando como fotógrafo en el equipo  de la revista de aviación Tohtli


Ya de regreso se puso de inmediato a trabajar y al principio se le permitió utilizar las facilidades de los TNCA, con la condición de que no interfiriera con las labores normales y el trabajo lo realizara él mismo para no distraer de sus ocupaciones a algún otro obrero.


Con gran entusiasmo empezó la nada fácil tarea para una persona sin experiencia en la materia, sin embargo, gracias a la ayuda desinteresada de varios obreros y su pasión, logró terminar el fuselaje.

 
Ahí fue cuando según él mismo relató, el Coronel Alberto Salinas, jefe de aviación,  viendo que en verdad estaba avanzando rapidamente en su proyecto, le prohibió que continuara con él pues consideraba que los riesgos eran muy grandes para un aparato que no tenía bases técnicas bien sustentadas y que esto mismo llevaría tal vez a otros a seguir sus pasos en la fabricación de aviones de ese tipo, poniendo en riesgo sus vidas, “y la aviación no podía darse el lujo” de perder pilotos.

 
Él con su proyecto detenido y sintiendo todo perdido, buscó ayuda y la encontró en Santarini, según su relato, este le dijo: “no te preocupes “viequito”, yo voy a ver que puedo arreglar”. Definitivamente Santarini algo consiguió de Salinas, pues le prestó unas alas y timones de un Serie A y un motor Curtiss. Diciéndole asimismo que su aparato volaría.


El avión fue terminado de esta forma quedando en color dope natural el fuselaje con “letreros negros grandes a los lados que decían NAJERA, en manuscrito”; las alas y timones blancos, el timón de dirección estaba decorado de verde, blanco y rojo.


El avión a fin de cuentas no voló, debido a la orden de Salinas. El ya General Nájera comentó, “como iba yo a desobedecer la orden del jefe, ahhh pero eso si, lo estuve probando en carreras por tierra y saltos”.


De lo que se desprende de la nota que analizamos anteriormente, en donde el editor de TOHTLI menciona que esperaba que sus esfuerzos no fueran defraudados, podemos suponer que la prohibición de continuar con la construcción ya había sido tomada anteriormente y era del conocimiento ya de algunos.


El avión días después fue desarmado y el fuselaje, orgullo del Teniente Nájera, permaneció arrinconado y languideciendo junto a muchos otros restos de diferentes aviones en los TNCA, hasta que de alguna manera, desapareció.




 


Como homenaje póstumo a este verdadero pionero de la aviación mexicana, reproducimos aquí lo publicado de su boda en la revista de aviación TOHTLI de 1923.



 



Nuestro fotógrafo, el teniente piloto aviador Alberto Nájera, muy apreciado entre sus compañe­ros, bien conocido por los innumerables lectores de «Tohtli», tanto del país como del extranjero y que saben la meritoria labor que éste ha desarrollado para dar a conocer gráficamente el progreso de la aviación mexicana, se ha casado.

La ceremonia civil tuvo lugar el día 20 de ju­nio del presente año, a las diez de la mañana, sien­do testigos de los contrayentes nuestro Director y principales empleados de la revista «Tohtli». Sen­cillo resultó el acto anterior comparado con la cere­monia eclesiástica. En elegantes esquelas se anunció ésta para el domingo 24 del mismo junio, a las on­ce de la mañana en el templo de Jesús María, situa­do precisamente frente a donde se hayan establecidas nuestras oficinas; el templo, iluminado con profu­sión, albergaba una escogida concurrencia que ansio­sa esperaba el momento de la llegada de los novios. Minutos antes de las once de la mañana, dos carrua­jes adornados de blanco conducían a la feliz pareja a las puertas del ya citado templo, y formando doble valla se hallaban un número de pilotos con uniforme de gran gala y hermosas señoritas de nuestra mejor sociedad, luciendo valiosos vestidos de vivo y uniforme color, cuyo grupo, formaba a la novia su corte de amor. La novia, conducida por el señor Ge­neral Gustavo Salinas, Jefe del Departamento de Aviación, llegó ante el altar, seguida de Nájera y de sus dos madrinas.

Fueron padrinos de manos, el señor General Gustavo Salinas y su esposa, señora Georgina Guim­barda de Salinas, y de velación, el señor Doroteo Negrete y su esposa la señora María Ruiz de Negrete. Una selecta orquesta tocó la marcha nupcial y los novios, seguidos de su corte, padrinos e invi­tados, ocuparon sus respectivos lugares para oír la misa de boda.

 
Durante esta ceremonia, la orquesta ejecutó es­cogidos trozos de música sagrada y una bella seño­rita de las que formaban la corte de amor, cantó el «Ave María» de Gounod. Terminado el acto religioso pasaron los novios y padrinos a la sacristía del tem­plo, a firmar en presencia de la distinguida concu­rrencia el acta matrimonial.

Los carruajes de los novios, seguidos de un buen número de automóviles condujeron a éstos y a la mayor parte de los circunstantes a la casa de la novia, hoy señora Virginia Manzanos de Nájera, donde fue servido un exquisito lunch-champagne, bajo las atenciones del jefe de la casa señor Arturo Manzanos, actual Secretario Particular del Goberna­dor del Distrito y de su esposa la señora María Co­rona de Manzanos; allí brindó por la felicidad de los recién casados el estimado colaborador de «Tohtli» señor Luis G. Bayardi.


La comida de boda se celebró en Atzcapotzalco y en la residencia del señor Doroteo Negrete, rei­nando durante ella la mayor cordialidad. A la hora de los postres tomaron la palabra los señores Artu­ro Manzanos y nuestro Director, quien recordó las cualidades que adornaron al honorable desapareci­do señor Ramiro Manzanos, padre de la novia; tocó al caballeroso señor General Gustavo Salinas, dijo, hacer las veces de D. Ramiro, pues fue quien sacó de su hogar a la novia para entregarla al recinto nupcial; ya para terminar ofreció el banquete a los novios y brindó por su completa felicidad. El señor Negrete fue felicitado por los comensales.

Al siguiente día los esposos Nájera partieron al puerto de Veracruz, lugar donde residen los fa­miliares del señor Alberto Nájera.

 


 




EPITALAMIO

Especial para Revista TOHTLI.

 
Entre el cerebro y tu alma hubo una extraña guerra

Y  tu espíritu inquieto, huyendo de la tierra,

El mísero planeta de la desilusión,

Desafió las tormentas, los vientos, los aludes,

Para forzar el plano de las excelsitudes Con sólo la armadura de tu pájaro-avión:

En pos de huella incierta, siguiendo algún vestigio De un ideal intangible, realizaste el prodigio Que condensa la humana aspiración: ¡Volar!

Aquel ritmo incansable de tu interior decía:

"Vuela, vuela muy alto. . . . ¡más alto todavía,

Hasta lograr la aureola de la estrella polar!

Hasta escuchar el célico cantar de los querubes; Hasta pisar el albo pedestal de las nubes,

Y   romper el misterio.... y bañarte de luz

Como el gran idealista de cabeza de lumbre A quien la humana prole sacrificó en la cumbre Del Gólgota implacable, clavado en una cruz".

Y   subiste muy alto y, como nada viste,

Enfilaste a la tierra decepcionado y triste,

Sin reparar siquiera en tu álgido arrebol....

Y   al sentir dentro del alma la angustia del vacío, Clamaste:—¿Eres mentira? ¿En dónde estás, Dios mío? ¿Acaso tus designios te ocultan en el sol?

Por fin aterrizaste en las bajas regiones,

¡Pero no era ya el mundo de las desilusiones! Reanimaba tus miembros un mágico calor:

La virgen te esperaba....... y oyó la desposada

Este supremo grito de tu alma enamorada:

—Dios no es una quimera: ¡¡Se oculta en el Amor!!

México, D. F., 24 de junio de 1923.